Mientras te preparas para la emoción de la vida universitaria, hay un factor importante que no se puede pasar por alto: las finanzas. Desde la matrícula y los libros de texto hasta los planes de comidas y las salidas sociales, los costos de la educación superior pueden acumularse rápidamente.
¡Pero no te preocupes! Con un poco de planificación y estrategias inteligentes, puedes tomar el control de tus finanzas universitarias incluso antes de poner un pie en el campus. Aquí tienes cinco consejos que te ayudarán a recorrer el camino que tienes por delante.
1. Comprender la matrícula y los costos
En lo que respecta a los costos de la universidad, la matrícula es solo una parte del rompecabezas. El costo total de la asistencia puede variar ampliamente según el tipo de institución, tu estado de residencia y si asistes a tiempo parcial o completo. A continuación, se detalla lo que puedes esperar:
Matrícula: este es el costo base para inscribirse en clases. Las universidades públicas suelen tener diferentes tarifas para estudiantes del estado y de otros estados. Las universidades privadas generalmente tienen una tarifa de matrícula más alta, pero pueden ofrecer paquetes de ayuda financiera más generosos.
Costos: además de la matrícula, hay costos adicionales que cubren las actividades estudiantiles, la tecnología del campus, los servicios de salud e incluso el acceso al gimnasio. Estas pueden variar desde unos pocos cientos hasta unos pocos miles de dólares anuales, según la escuela.
Alojamiento y comida: si planeas vivir en el campus, los costos de alojamiento y comida incluye alojamiento y un plan de comidas. Estos pueden variar significativamente según si vives en una residencia o fuera del campus y el plan de comidas que elijas.
Otros costos: los costos varios como tarifas de laboratorio, permisos de estacionamiento y transporte también deben tenerse en cuenta en tu presupuesto. Estas tarifas pueden parecer pequeñas, pero se acumulan con el tiempo.
Consejo
Si el costo de asistir a la universidad de tus sueños te parece abrumador, ¡no te asustes! Muchas escuelas ofrecen becas, subvenciones y planes de pago para que la educación sea más asequible. También es una buena idea comparar los costos entre varias escuelas, incluidos los colegios comunitarios y las universidades estatales, donde la matrícula suele ser más asequible.
2. Maximizar la ayuda financiera
La ayuda financiera puede reducir significativamente los costos de bolsillo que implica asistir a la universidad, y es fundamental comprender cómo funciona. La ayuda financiera suele presentarse en cuatro formas: subvenciones, becas, programas de trabajo y estudio y préstamos.
Becas y subvenciones: son las formas de ayuda más convenientes porque no es necesario devolverlas. Las subvenciones suelen basarse en la necesidad económica, mientras que las becas suelen concederse en función del mérito, el talento u otros criterios. Algunas becas son únicas, pero otras se pueden renovar cada año si mantienes determinados estándares académicos.
Programas de trabajo y estudio: si reúnes los requisitos, un programa de trabajo y estudio te permite ganar dinero mientras asistes a la escuela. Estos trabajos suelen ser dentro del campus y están diseñados para adaptarse a tu horario de clases.
Préstamos: los préstamos federales para estudiantes suelen formar parte de tu paquete de ayuda financiera. Si bien los préstamos deben devolverse, los préstamos federales suelen tener tipos de interés más bajos y condiciones de reembolso más flexibles que los préstamos privados. Es importante pedir prestado sólo lo que necesitas y tener en cuenta las condiciones de devolución.
Consejo
Para acceder a la mayoría de las ayudas económicas, deberás completar la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés). La FAFSA calcula la capacidad de tu familia para contribuir a tu educación y determina tu elegibilidad para subvenciones federales, préstamos y programas de trabajo y estudio. Completa la FAFSA tan pronto como se abra, generalmente el 1 de octubre de tu último año de la escuela secundaria.
3. Crear un presupuesto universitario
Crear un presupuesto puede parecer abrumador, pero es una de las herramientas más importantes para administrar tu dinero de manera efectiva durante la universidad. Un presupuesto te ayudará a hacer un seguimiento de dónde va tu dinero y a asegurarte de tener lo suficiente para cubrir todos tus gastos esenciales.
Calcula tus ingresos: tus ingresos pueden provenir de varias fuentes: un trabajo a tiempo parcial, reembolsos de ayuda financiera, ahorros o contribuciones de la familia. Asegúrate de calcular cuánto recibirás por mes o semestre, ya que esto determinará cuánto tendrás disponible para gastar.
Haz una lista de tus gastos fijos: estos son los gastos que se mantienen relativamente constantes cada mes, como el alquiler (o alojamiento y comida), los servicios públicos, Internet y un plan de comidas. Si tienes un automóvil, incluye costos como la gasolina y el seguro.
Ten en cuenta los gastos variables: estos gastos fluctúan e incluyen cosas como comestibles, transporte (si no tienes un automóvil), artículos personales y entretenimiento. Sé realista sobre cuánto gastas en comida, actividades sociales y otros artículos no esenciales.
Planifique para ahorrar y hacer frente a emergencias: aunque el dinero puede escasear en la universidad, es inteligente ahorrar un pequeño porcentaje de sus ingresos para necesidades o emergencias futuras. Trate de crear un fondo de emergencia con el tiempo para cubrir gastos inesperados, como reparaciones del automóvil o facturas médicas.
Consejo
Vivir dentro de tus posibilidades es fundamental para evitar deudas estudiantiles que vayan más allá de los préstamos para la matrícula. Si puedes, evita usar tarjetas de crédito para cubrir los gastos diarios, a menos que puedas pagarlas en su totalidad cada mes. Las deudas con intereses altos pueden arruinar fácilmente tu presupuesto si no las administras con cuidado.
4. Plan de costos de libros de texto y materiales
Los libros de texto y los útiles escolares suelen pasarse por alto cuando se planifican los gastos universitarios, pero pueden ser sorprendentemente caros. Según tu especialidad, los libros de texto por sí solos pueden costar cientos de dólares por semestre, y los útiles escolares adicionales (como materiales de laboratorio, útiles de arte o incluso software) pueden aumentar la factura.
Ahorra en libros de texto: considera comprar libros de texto usados o alquilarlos. Los sitios web como Chegg, Amazon o la librería de tu campus suelen ofrecer opciones de libros usados o de alquiler que pueden ahorrarte una cantidad significativa de dinero. Algunas tiendas incluso ofrecen igualación de precios, por lo que puedes comparar los costos en diferentes plataformas.
Ten en cuenta los útiles escolares: desde cuadernos y bolígrafos hasta memorias USB y carpetas, el costo de los útiles escolares básicos puede aumentar. Busca ofertas, compra al por mayor o compra artículos usados en buen estado para reducir costos. Las tiendas de artículos de oficina suelen realizar promociones de regreso a clases que pueden ayudarte a abastecerte de artículos esenciales con descuento.
Equipo especializado: según tu especialidad, es posible que necesites herramientas específicas, como útiles de arte para estudiantes de diseño o equipo de laboratorio para estudiantes de ciencias. Verifique si tu escuela ofrece descuentos o tiene programas que te permitan tomar prestado equipo en lugar de comprarlo directamente.
Consejo
Al final de cada semestre, considera vender tus libros de texto para recuperar parte de los costos. Muchos estudiantes compran libros directamente a sus compañeros y existen plataformas en línea que facilitan la reventa de libros de texto.
5. Administrar los gastos diarios
El costo de vida diaria puede cobrarse de golpe si no tienes cuidado, especialmente si es la primera vez que administras tus propias finanzas. Incluso las compras aparentemente pequeñas, como café, bocadillos o comidas espontáneas con amigos, pueden acumularse rápidamente.
Planificación de comidas: si vives en el campus, los planes de comidas suelen formar parte de los costos de alojamiento y comida. Asegúrate de elegir un plan de comidas que se ajuste a tus hábitos alimenticios. Para los estudiantes que viven fuera del campus o sin un plan de comidas, cocinar en casa es una de las mejores formas de ahorrar dinero. Abastécete de alimentos básicos nutritivos y asequibles como arroz, pasta, frijoles y productos frescos.
Entretenimiento y socialización: muchos negocios locales, incluidos restaurantes, cines y tiendas minoristas, ofrecen descuentos para estudiantes. Lleva siempre contigo tu identificación de estudiante y pregunta si hay algún descuento disponible; puede ayudarte a ahorrar mucho a largo plazo. La mayoría de las universidades organizan eventos gratuitos o de bajo costo, desde noches de cine hasta conciertos y clases de gimnasia.
Suscripciones: si usas servicios como Netflix, Spotify u otras suscripciones, consulta los precios para estudiantes. Muchas empresas ofrecen tarifas con descuento para estudiantes, lo que te permite disfrutar del entretenimiento por menos.
Consejo
Prioriza las necesidades por sobre los deseos. Si bien es divertido darse un gusto de vez en cuando, ceñirte a un plan de gastos te ayudará a administrar tus gastos de vida de manera más eficaz y evitará estrés financiero en el futuro.
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Si sigues estos pasos, no solo estarás preparado financieramente para la universidad, sino que también desarrollarás hábitos de administración del dinero que te serán útiles en los años venideros. Recuerda que ser proactivo con respecto a tus finanzas ahora te ayudará a garantizar una experiencia universitaria más fluida y placentera.
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